¿Por qué es importante preocuparse del estado de la dentadura en los niños?

Las piezas temporales llamados comúnmente "dientes de leche", se cambian durante los primeros años de vida. Sin embargo, solemos descuidarlos pensando en que de todas formas serán sustituidos por piezas permanentes.
Este es un concepto errado puesto que las piezas temporales son de vital importancia en el desarrollo del niño. En primer lugar, estos dientes forman la mordida (oclusión); los dientes de leche accionan el correcto desarrollo de los maxilares, manteniendo una relación estable que culminará con la dentición permanente.

En segundo lugar, las piezas temporales mantienen el espacio para las piezas definitivas, de manera que la pérdida prematura de piezas temporales por caries puede provocar alteraciones y desordenes dentarios. El tratamiento es sumamente complejo y de alto costo, debiendo recurrir al ortodoncista (para el uso de frenillos) y muchas veces incluso, a cirugía.

La pérdida prematura de piezas dentarias temporales provoca el desplazamiento de las piezas posteriores hacia delante, las que ocupan el espacio de otra pieza que aún no ha erupcionado. Entonces, cuando esta pieza tiene que erupcionar,  se encuentra sin espacio y erupciona por donde puede.

La presencia de todas las piezas dentarias permite además el desarrollo del lenguaje mediante la correcta articulación de los fonemas, evitando que se produzcan trastornos de comunicación que deban ser corregidos por fonoaudiólogos.

Por último,  podemos agregar que la mantención de la salud integral del niño es fundamental tanto para las piezas temporales como para la correcta erupción de las piezas definitivas, ya que estas se encuentran en desarrollo durante los primeros años de vida. Un mal cuidado de estas piezas temporales puede afectar la forma de los dientes definitivos e influir  en la hipomineralización, factor que los vuelve quebradizos,  débiles y sumamente propensos al ataque de los ácidos y por tanto, de las caries.

La prevención es fundamental en los primeros años de vida, ya que si somos capaces de prevenir, obtendremos niños sanos que sólo acudan a "controles" y que no le teman al dentista. Serán niños con buenos hábitos alimenticios y una buena higiene dental, lo que a futuro evitará enfermedades en dientes y encías.

La erupción de los incisivos se inicia ya a los seis meses de vida, y a partir de esta fecha el menor tiene riesgo de adquirir la bacteria "Estreptococo Mutans", responsable de la aparición de caries. Es en este momento cuando se debe asistir a un control odontológico para que la madre sea instruida en el correcto cuidado de las piezas dentarias de su hijo, así como de los hábitos alimenticios que ayudarán en la prevención de posibles enfermedades.

La aparición de todas las piezas temporales termina aproximadamente a los dos años, este es el momento oportuno para comenzar a controlar al niño de forma periódica con el odontopediatra, quien determinara los procesos a seguir en la prevención y cuidado de los dientes de leche de acuerdo al riesgo del niño (genética, forma de mandíbula, de cráneo, etc.).

Dra. Claudia Gutiérrez Arredondo