¿Has notado molestias en tus dientes al consumir alimentos fríos, dulces o ácidos? ¿Has notado que esta molestia va y viene en el transcurso del tiempo?

 

Posiblemente podrías tener una hipersensibilidad dentinaria, que se define como un dolor agudo de corta duración en respuesta a estímulos de: temperatura, osmóticos (dulces), táctiles (cepillado), evaporación (aire) y no puede ser asociado a ninguna otra enfermedad de la cavidad bucal como caries, blanqueamiento reciente, alguna restauración defectuosa o alguna mini fractura de tu diente (crack). Por lo anteriormente expuesto es fundamental que el diagnóstico lo realice un dentista.

 

Su prevalencia en la población va de un 11 a un 33% y afecta  principalmente a caninos y premolares. Se produce por perdida de la capa superficial del diente (esmalte) o por exposición de la raíz dentaria por migración de la encía. 

 

La hipersensibilidad puede afectar tu calidad de vida en el ámbito de la alimentación, en la comunicación y en la eficacia de poder mantener tus dientes limpios con tu técnica de cepillado por las constantes molestias que provoca, las cuales pueden ir desde episodios leves hasta cuadros de dolor muy agudo. Este dolor se caracteriza por ser episódico y está influenciado por los componentes ácidos de tu dieta, mala técnica de cepillado y por enfermedades preexistentes como el reflujo.

 

Si crees que presentas hipersensibilidad no dudes en solicitar una hora con tu dentista, para que realice un correcto diagnóstico y planifique un adecuado tratamiento. Éste consiste primero en controlar los factores desencadenantes de las molestias (dieta y cambio de técnica de cepillado) y en una segunda fase la aplicación de agentes desensibilizantes en clínica y/o el uso de pastas de dientes específicas de aplicación en el hogar.